El libro que a continuación comentaré se desarrolla en el contexto de la Cuarta Transformación Nacional en México, un momento histórico de suyo relevante que dio inicio con la llegada al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador, tras triunfar en las elecciones del 1 de julio de 2018. Las primeras acciones de este gobierno se encaminaron —y aún lo hacen— hacia la lucha contra la corrupción, siendo una de las más notorias el combate contra el huachicoleo: el robo de combustible a través de tomas clandestinas en los ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX)[2].

El mismo Primero refiere en su libro - este fenómeno y lo traslada de forma magistral al denominado huachicoleo educativo, que a decir de él mismo se trata de:

…las fugas en el Sistema Educativo Nacional, tan deteriorado como la distribución de los petroquímicos nacionales, de maneras por precisar, enumerar, significar y corregir, toda vez que requerimos urgentemente una buena educación, favorable a tantas mejoras en el país, donde una de las primeras a conseguir, debe ser la erradicación o, mínimo, la disminución de la corrupción en la vida pública, buscando crear una sobresaliente humanidad, pues otro mundo es posible (Primero, 2019, p. 10).

La idea de fugas educativas es relevante, porque nos invita a pensar que la corrupción en México no sólo tiene que ver con el daño patrimonial a PEMEX; sino también en otros ámbitos, que tienen efectos en múltiples escenarios, siendo uno de los más importantes el educativo. Por eso la Universidad Pedagógica Nacional (por sus siglas UPN) es más importante que Petróleos Mexicanos, ya que la acción formativa de las personas, tendrá efectos más duraderos en el mejoramiento de las condiciones cotidianas, llevándolas hacia el buen vivir que producirá una “buena educación” (Primero, 2019, p. 10). Dicho de otro modo, el huachicoleo educativo, a saber, las malas condiciones formativas derivadas de la corrupción en el sector, han generado pérdidas y afectaciones, que si bien son difíciles de cuantificar —como si es posible en las pérdidas petroleras—, producen graves daños al tejido social y por ende a la humanidad.

Dicho lo anterior, a continuación desarrollaré cuatro ideas que considero relevantes en el texto cuya reseña realizo, evidentemente, de forma somera con la intención de invitarle como lector a consultar el texto que se puede descargar de forma gratuita en el sitio: https://spine.upnvirtual.edu.mx. En consecuencia me aventuro a realizar una breve mención de las ideas del autor, que espero logre captar con pertinencia.

Primera: la pedagogía histórica

Toda acción formativa tiene efectos y es afectada por las condiciones de época, por tanto, el hacer educativo es fundamental para el avance, el retroceso o el mantenimiento de las condiciones civilizatorias o de barbarie; para la preservación de la ignorancia o la movilización de las consciencias que lleven a la transformación, entendida como mejora de las condiciones cotidianas. Luis Eduardo Primero reconoce en el hacer educativo una potencia transformadora en la medida en que se constituye como un “ir más allá del aula”, “que las instituciones educativas vuelvan a enseñar a la sociedad” (Primero, 2019, p. 13). La escuela no puede, ni debe ser una mera instancia de reproducción escoliadora, entendida ésta como una “distorsión cognitiva que hace creer que educación es igual a escolaridad” (Primero, 2019, p. 14), para asumirse como un lugar de cambio histórico, de lucha contra el olvido, la ignorancia y el descuido.

La falacia escoliadora, es uno de los efectos del huachicoleo educativo, porque implica un robo —o secuestro— de la consciencia histórica de las personas, cuya consecuencia a decir del autor: “es la explicativa de las pobres opciones laborales y productivas concebidas por el alumne promedio de la licenciatura en pedagogía” y cuyo remedio, será “establecer un concepto de la pedagogía histórica que vuelva a renovar el poder de la pedagogía y potencie buenas construcciones para la práctica educativa y la reflexión atingente” (Primero, 2019, p. 26).

Segunda: ¿Por qué la UPN es más importante que PEMEX?

Sin pretender hacer una descripción detallada del contenido del libro, considero una idea principal la mención de la tarea educativa como más relevante que la defensa del petróleo y sus derivados, es decir, es mejor —por los efectos que tiene a largo plazo— buscar alternativas a los grandes problemas del huachicoleo educativo, porque traerá mayores beneficios a las condiciones sociales, que la lucha contra el huachicoleo de los hidrocarburos, cuya materia prima principal, el petróleo, a decir del autor “se acabará en unos cuarenta años, por lo cual también es sabido que los grandes capitales, las universidades y los centros de investigación de las pocas naciones aún independientes, se esfuerzan en obtener fuentes alternativas de energía, preferiblemente renovables” (Primero, 2019, p. 29). Por otro lado, la educación “es un bien renovable, indispensable para el desarrollo sustentable de las naciones, comunidades y personas” (Primero, 2019, p. 29).

De aquí que el autor ponga énfasis en la acción educativa histórica como una forma de generar cambios sociales que se mantengan en el tiempo, porque afectarán positivamente —en la medida que dejen de ser escoliadores— a los pueblos, las comunidades y las naciones. Es decir, la lucha por el petróleo tendrá efectos en el corto y mediano plazo, pero la mejora de las condiciones educativas, generará una sinergia de cambios potentes y benéficos para el país. Por eso la importancia de establecer tambien en la Cuarta Transformación Nacional, una forma educativa, “como un proyecto histórico de nuevas comunidades, que se fijen metas de desarrollo diversas a las del capital, y busquen el enriquecimiento humano, con su consecuente desarrollo” (Primero, 2019, p. 30).

Tercera: El carácter ético en la formación del ser humano

En autor afirma: “en la toma de posición del ser humane sobre el movimiento de la vida es donde surge la ética” (Primero, 2019, p. 50). Algo importante, porque el entendimiento de las condiciones históricas nos lleva a considerar nuestra acción ética como un acto no sólo temporal y sincrónico; sino y sobre todo, atemporal y diacrónico, porque sus efectos no sólo competen al momento actual, sino que trascienden en la conformación de nuevas condiciones —futuras—. A veces ni siquiera somos conscientes de esta posibilidad en nuestro actuar. De aquí que la formación ética sea muy importante en la conformación de una pedagogía histórica de lo cotidiano, definida por el Doctor Primero:

como filosofía, y se lo ofrece como una propuesta dialogal y constructiva para afianzar las filosofías postcoloniales, que lentamente cuestionan y enfrentan las formas eurocéntricas y/o coloniales de entender el mundo, la vida y la historia, avanzando en la construcción de una realidad mejor y más humane, pues otro mundo es posible (Primero, 2019, p. 58).

El orden de las ideas me lleva a considerar la formación de la ética del bien común y de la acción histórica como parte fundamental en el combate del huachicoleo educativo. Asimismo, es base sustancial para la construcción de nuevas condiciones —mejores— a las que existen, en la constitución moral pretendida por la Cuarta Tansformación Nacional.

Cuarta: El pensar bien

El autor define el pensar bien a partir de su término antagónico, es decir el pensar mal. Esto no es otra cosa que la pérdida del “sentido común […] cuando nos equivocamos al valorar nuestras referencias y sus contextos, o ignoramos qué hacer con lo que nos pasa; dejamos sin identificar sentimientos y/o intuiciones, y con estas deficiencias terminamos tomando malas decisiones” (Primero, 2019, p. 59). Leido al contrario, el desarrollo del buen pensar es aprender a valorar en el sentido más amplio los acontecimientos; pero también en sus proporciones particulares, una posición atenta a nuestros sentidos, a nuestros sentimientos y a las opciones presentes en la vida cotidiana, que nos lleven a tomar buenas decisiones. Una situación que en terminos precisos:

…deberá incluir un sentido ético, directiva pragmática que considere tanto al interés común como el ecológico, concebido en su dimensión planetaria y en su ámbito cotidiano, para significar a la ecología tanto en su genericidad como en su concreción, sustancia siempre vinculada a la vida diaria, la cual en el mejor de los casos debería estar regida por un buen êthos. Un impulso moral favorable a la buena vida (Primero, 2019, p. 61-62).

Sin pretender abordar todo el libro y sólo con la intención de dar una “muestra” de su buen contenido y erudita construcción, quiero resaltar la idea de una educación histórica que siempre estará articulada y orientada hacia el desarrollo del buen pensar, con un sentido ético que potencie su capacidad transformadora. Asimismo, se ofrece la aportación de la estética, la consciencia ecológica, el buen conocer y por supuesto, el pensamiento histórico. La trayectoria trazada por el Doctor Primero, nos lleva a reflexionar sobre la buena educación que define como aquella que:

…potencia, crea, la capacidad de producir y el gusto, necesariamente por lo bello, y se destina a conquistar la autonomía y la autodisciplina, conocer y dominar la cultura del mundo donde se vive, y saber gustar de la belleza y poder comunicarse con gracia y elegancia (Primero, 2019, p. 87).

Conclusión

Mucho se podrá decir sobre los desarrollos intelectuales que ofrece el Doctor Primero en el libro que comento; sin embargo, no habrá mejor lectura que realizada con curiosidad epistemológica. En un mundo de barbarie y civilización que es el último tema que se aborda en el texto, es necesario repensar el papel de una pedagogía de lo cotidiano para conseguir una buena educación, tal proceder formativo invita a:

…sacar la educación de la Escuela, para atender muchas otras formaciones para vivir bien la vida, y así tener en cuenta muchas actividades educativas realizadas por sus agentes sin la suficiente con- ciencia educativa, en tanto siguen en la órbita de atracción de la falacia escoliadora creyendo que educación es igual a escolaridad y dejando de percibir y significar que sus actuaciones educan y desaprovechándolas en su potencial trasformador (Primero, 2019, p. 139).

En suma, la PECOTI puede ayudarnos a conformar una civilización distinta, solidaria, atenta a las causas colectivas y responsable históricamente; frente a lo que hoy tenemos, una sociedad cuyas prácticas parecen constituirse como barbarie, porque olvidan la vida, se centran en la ganancia, el individualismo, el negocio y la competencia. Por eso la UPN es más importante que PEMEX, porque el petróleo no se renueva; pero la educación puede transformarse, el autor nos invita a considerar sus ideas y actuar históricamente en la conformación de una humanidad y por tanto seres humanos cuya vida sea “favorable a la comunidad y a la armonía con el todo que nos rodea y potencia” (Primero, 2019, p. 85).

Referencia

Primero, L. (2019). La UPN es más importante que PEMEX. México: Torres Asociados.

Notas