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Reseña del libro: Cartografía de las epistemologías del Sur: Un bosquejo necesario
Revista CoPaLa. Construyendo Paz Latinoamericana, vol. 7, núm. 16, Esp., pp. 87-91, 2022
Red Construyendo Paz Latinoamericana

Reseñas

©Revista CoPaLa, Construyendo Paz Latinoamericana
Primero Rivas L. E.. Cartografía de las epistemologías del Sur: un bosquejo necesario. México: Publicar al Sur.. 2022. Ciudad de México. Sello Editorial Publicar al Sur. 978-607-99662-5-6

Recepción: 11 Julio 2022

Aprobación: 02 Septiembre 2022

Este libro es producto del Curso-Taller introductorio a las epistemologías del Sur: conociendo la cartografía de las epistemologías del Sur. Actividad docente impulsada por el Seminario Permanente de Investigación sobre la Nueva Epistemología (SPINE)[2] y la Universidad Pedagógica Nacional (UPN, México). Se compone de 9 capítulos, antecedidos por una Introducción elaborada por el profesor asociado del curso: el Maestro Ulises Cedillo Bedolla, en ella, hace un recuento de lo acontecido en cada una de las sesiones del Curso-Taller, así, nos enteramos quiénes fueron los profesores responsables, la pedagogía y la didáctica que orientó su quehacer, quiénes fueron algunos de los inscritos, cuáles fueron los objetivos trazados y otros datos de interés; sin embargo, el aporte de mayor relevancia es que nos permite, con base en sus descripciones, vivenciar lo allí acontecido, condición que posibilita darle mayor significado y sentido a los capítulos siguientes pues, es posible reconocer el ambiente y el tono en el que se dieron las intervenciones.

El Capítulo 1 se titula Antropología emergente de la ciencia: apuntes para entender el proyecto de la nueva epistemología analógica y es desarrollado por Alejandro Méndez y Pablo Peralta. Al respecto, mencionan que el conocimiento no es algo que pueda adquirirse como si de un intercambio de mercancías se tratara; la ciencia no es una empresa aseptizada y la investigación científica no es una actividad neutral que pueda desprenderse de intereses o cargas ideológicas según las versiones cientificistas, por el contrario, está condicionada por factores sociales, por ejemplo, su financiamiento, factor presente en las becas, en los incentivos, en las certificaciones y en los programas universitarios, realidad que termina por caracterizar las relaciones al interior de las comunidades científicas y con ello el conocimiento producido.

La antropología de la ciencia es vista como un proyecto descolonizador porque permite dilucidar que el trabajo científico, y aún más, el contemporáneo y de frontera, no es compatible con la visión colonizadora, moderna y positivista, sino una actividad comunitaria, de fuertes dinámicas grupales. La ciencia es lo que hacen las comunidades científicas, su significado corresponde con su antropología, es decir, con su forma de vincularse y organizarse, por tanto, es una construcción conjunta. Lo anterior, significa que formarse como científico no está en la matriculación en cursos de metodología de la ciencia, sino en la participación en una comunidad científica, actividad que le permita al novel hacerse de su ethos, esto es, de sentir que pertenece, que participa y que se identifica con el grupo, pero, para que esto ocurra debe generar con la comunidad: solidaridad, confianza y lealtad. En general, para ser científico no basta con la pertenencia institucional, debe haber intercambios y comunicación con los otros, eso le permitirá desarrollar su quehacer y ampliar sus capacidades, las cuales, en este capítulo son entendidas como virtudes epistémicas.

El Capítulo 2 se titula Una introducción a las epistemología del Sur planteadas por Boaventura de Sousa Santos y es desarrollado por Francisco Javier García Juárez. En él menciona que las epistemologías del Sur buscan una transformación en los modos de producir y validar el conocimiento científico producido por grupos sociales oprimidos, explotados y discriminados por el colonialismo y el capitalismo y que, por tanto, se trata de conocimientos anclados en sus luchas sociales y políticas. En concreto, se trata de una propuesta que busca validar y visibilizar las prácticas cognitivas del Sur, uno que no es precisamente geográfico sino metafórico pues alude al sufrimiento sistemático que provoca el capitalismo, el cual no sólo se expresa en el Sur geográfico pues también hay sures en el Norte, es decir, existe el Sur imperial: prácticas locales de complicidad con el Norte.

Las epistemologías del Sur no son un proyecto que trate de negar el conocimiento científico occidental sino más bien tomar distancia de él y formular renovadas interpretaciones de la realidad. Finalmente, expone su autor que las epistemologías del Sur cuentan con categorías para realizar lo dicho, ellas son la línea abisal, la sociología de las ausencias, la sociología de las emergencias, la ecología de saberes y la traducción intercultural. Categorías de las cuales se hace una precisa referencia en este capítulo.

El Capítulo 3 se titula Una introducción a los sistemas complejos desde el punto de vista matemático: una consideración desde el Sur y está desarrollado por Marcelino Ramírez y Beatriz Carely Luna. Aquí se expone una interesante propuesta en torno a la matemática, específicamente, una lectura desde los sistemas complejos. Al respecto, buscan presentar una matemática que no se reduzca a lo cuantitativo, objetivo expositivo que surge de lo acontecido en las sesiones del Curso-Taller, particularmente, de la referencia ¾hecha por el profesor asociado del Curso-Taller Ulises Cedillo Bedolla¾ sobre una cita textual de Boaventura de Sousa Santos contenida en su obra clásica Una Epistemología del Sur, la cual, a decir de los autores les causó asombro y extrañeza pues son referencias que no coinciden con su quehacer matemático actual. Beatriz Luna y Marcelino Ramírez proponen una matemática que se inscribe en la tradición de la ciencia “posmoderna”, marcan su distanciamiento con la ciencia moderna que, desde las tesis de Boaventura, les permiten referir el agotamiento del paradigma dominante y afirmar un paradigma emergente, un modelo de ciencia al servicio de la vida: un conocimiento prudente para una vida decente. Desde esta referencia harán asociaciones y/o paralelismos con su propuesta matemática: la etnomatemática. El paradigma emergente mencionado es asociado por los autores a la teoría de la complejidad o sistemas complejos, desde la cual afirman no haber una simplificación de la matemática y reducción del conocimiento a lo matematizado y matematizable como lo fue en la concepción positivista de la ciencia y/o modelo de racionalidad dominante referido por Santos y citado por el profesor asociado del Curso-Taller.

La teoría de la complejidad, enfatizan, se avoca al estudio de la interconexión de los distintos elementos dentro de un sistema, donde la finalidad es comprender su funcionamiento colectivo. La matemática desde los sistemas complejos asumidos por ellos está orientada a comprender y resolver problemas sociales, ambientales y de salud a partir procesos creativos, dialógicos, innovadores, cualitativos e inter y transdisciplinarios. Enfoque matemático que toma su distancia de aquellos en los que su enseñanza es de tipo procedimental, memorística y netamente cuantitativa. Desde tales referencias es que proponen los paralelismos entre el paradigma emergente y la etnomatemática de D´Ambrosio, de quienes son partidarios. Matemático brasileño que ve en su disciplina el mejor y más importante instrumento intelectual para explicar los grandes problemas de la humanidad, así como un conocimiento para la paz.

El Capítulo 4 se titula La nueva epistemología analógica y su potencia transcolonial o “ecuatorial”, y es quizá uno de los más sugerentes y controvertidos dado el contexto en el que se inscribe este libro. Está desarrollado por Alfonso Luna Martínez, y en él plantea su propuesta de una epistemología transcolonial y/o ecuatorial, esto es, una síntesis o posición analógica entre la epistemología del Norte y la del Sur, siendo su propósito generar discursos mediadores entre las posturas antagónicas referidas, buscando superar con ello a las mismas epistemologías del Sur.

El conocimiento científico, refiere el autor, debe dirigirse a la resolución de los problemas de la vida cotidiana, es decir, ha de atender el bien común y no sustentarse, como se hace desde el Norte epistemológico, en prácticas de competencia, individualistas, de utilidad irracional, de opresión, discriminación, extractivismo, racismo y sexismo. El Norte epistemológico ve una única manera de producir y validar el conocimiento científico, es decir, de operar antropológica y metodológicamente en la ciencia: el positivismo, que con su método científico de investigación ha estado vinculado históricamente al capitalismo, hoy al neoliberalismo. Metodología que, si bien representó un aporte a las formas de conocer, hoy en día es reductivo en la comprensión de lo real, sobre todo por su interés en la sola cuantificación. Como reacción al positivismo se desarrollaron las epistemologías comprensivas, hoy en día esas reacciones opositoras tienen en uno de sus estandartes a las epistemologías del Sur. El autor de este capítulo se concentra en desarrollar la vertiente de Boaventura de Sousa Santos, la cual, a diferencia de algunas posturas radicales, no niega per se el pensamiento occidental, sino solo aquellos elementos colonialistas. Por ello, su propuesta busca la emancipación por medio de la exploración de rutas alternativas pues refiere: tenemos problemas modernos para los cuales no hay soluciones modernas. Alfonso Luna propone como una alternativa a la nueva epistemología analógica, sobre ella menciona que, puede apoyar a los investigadores latinoamericanos a buscar soluciones pertinentes desde y para su contexto. Esta propuesta tiene su fundamento en la analogía, la cual, le lleva a sacar proporciones y referir que el pensamiento descolonizador no sólo proviene de pensadores latinoamericanos sino también de europeos, y menciona como ejemplo a Gadamer, Foucault y Ferraris. De esta manera es como le da sentido a su propuesta de una epistemología ecuatorial, en el entendido de que, el ecuador es el lugar intermedio entre el Norte y el Sur geográfico, de allí su uso metafórico en el contexto científico, siendo su intención generar comprensiones proporcionales de la realidad e intervenciones efectivas, en concreto, considera que es posible aprovechar lo mejor del Norte y del Sur geográfico y epistémico. Para argumentar su propuesta se apoya en las etapas de la psicogénesis contenidas en el posfacio de Rolando García en el libro Las formas elementales de la dialéctica de Jean Piaget. Ubica en lo intra a la ciencia moderna positivista y cuantitativista, en lo inter a procederes cualitativos, comprensivos, hermenéuticos, fenomenológicos y a los planteamientos del Sur, enfoques que corren el riesgo de caer en el relativismo o en el escepticismo; y en lo trans a la epistemología analógica, punto medio entre el univocismo del Norte y los equivocismos del Norte y del Sur, de allí lo transcolonial y/o ecuatorial del planteamiento.

El Capítulo 5 está escrito por Patricia Medina, Mario Guzmán y Roberto Sánchez y lleva por título Emergencia y acontecimiento del pensamiento descolonizador latinoamericano: construcción de otros caminos en educación desde los movimientos sociales pedagógicos. En él nos presentan la irrupción de movimientos sociales descolonizadores del capitalismo político, epistémico y socioeducativo, generadores de un importante giro social y pedagógico. El capitalismo, refieren, representa la imposición de una forma de conocimiento que determina la práctica social y política, esta forma cognitiva es el cientificismo hegemónico, forma justificadora del extractivismo que, desde la globalización se ha presentado e impuesto como el único modelo social existente y posible, caracterizado por el pensamiento dicotómico, principalmente, entre lo individual y lo colectivo. Así, la individualidad se posiciona como la forma existencial de estar en el mundo y la forma epistémica de conocerlo. Frente a las condiciones de injusticia para muchos pueblos surgen alternativas de pensamiento, es decir, formas de comprender el mundo distintas a Occidente: descolonizadoras, las cuales han permitido, por una parte, comprender el colonialismo y por otra, intervenir sobre aquellas prácticas que dan soporte al capitalismo, por ejemplo, el patriarcado y el racismo. El capitalismo, en materia educativa, ha conducido a una serie de reformas provenientes de organismos internacionales, su finalidad ha sido el control social disfrazado de neutralidad, trastocando con ello prácticas educativas, formación de maestros y currículos escolares. Cada país asimila estas reformas según su historia, forma de gobierno y nexos con el capitalismo. Una constante en estos ejercicios han sido las acciones evaluativas, es decir, estandarizaciones para la certificación, escenario óptimo para la competencia, imponiéndose así el capitalismo cognitivo. Condición que tiene una especie de contención en la producción de teorías pedagógicas con enfoques de interculturalidad, equidad e inclusión, pero que, en el fondo, si bien se definen políticas educativas con estos matices, son incapaces de problematizar, comprender y actuar convenientemente en estas realidades. Por lo anterior es que, de acuerdo con los autores, surgen propuestas disidentes que persiguen la justicia social por medio del combate a la folclorización de la interculturalidad, equidad e inclusión desde la crítica decolonial y el diálogo de saberes, lo cual se concreta en las pedagogías insumisas. Con ellas se busca crear, en oposición al estatismo e inalterabilidad de las condiciones de vida del modelo capitalista, nuevas formas de vivir, de relacionarse, de dialogar, de pensar, de salud y de educación.

El Capítulo 6 está escrito por Luis Eduardo Primero, coordinador del libro, y lleva por título La epistemología de la decolonialidad. Este texto es quizá por su modo expositivo el que cuenta con mayores atributos didácticos; en él, su autor describe de modo sintético en qué consisten los conceptos colonialismo, colonialidad y de-colonialidad, este ejercicio lo realiza recuperando de modo directo referencias de las obras de Aníbal Quijano y Walter Mignolo, considerándose al primero el padre de la decolonialidad. Al respecto, se dice que para Quijano la decolonialidad es el quehacer epistémico de desenganche del eurocentrismo, el cual no es solo una geografía sino una estructura históricamente epistemológica. Actividad necesaria frente a la apropiación, por parte de la Europa moderna, del concepto de racionalidad, descalificando así a otras expresiones que no se ajusten a ella. Así es como se habla de geopolítica del conocimiento. De acuerdo con Quijano, la colonialidad se ha expresado históricamente con el colonialismo hispánico en América, con el británico en la India, con el francés en Argelia, con el ruso y luego soviético en Asia Central y con el japones en Taiwán, situación que de fondo implica una lógica de control sobre estas geografías. Quijano plantea que el reto no es superar el capitalismo sino el colonialismo, pues el primero es sólo una esfera del segundo, aunque, este desafío es complicado ante el aletargamiento de la sociedad como efecto de las tecnologías que dotan a ella del proyecto del mercado.

De acuerdo con Wallerstein, escribe el autor del presente capítulo, con el colonialismo en América inicia el moderno sistema mundial, así entonces, América no se incorpora a una economía capitalista previamente existente, sino que ésta no habría tenido lugar sin América. Para Quijano, a finales del siglo XX América, especialmente América Latina mostraba tintes de madurez y con ello el abandono de su condición dependiente de Europa, es decir, había un retorno a sus fuentes originales y a eso le llamó americanización de las Américas. De-colonizar es el signo de la madurez mencionada, y lo que hay que de-colonizar es el dominio hegemónico colonial acaecido en lo político, económico y cultural. El autor de este capítulo propone concentrarnos en lo cultural, de ello en lo cognitivo y especialmente en lo epistemológico.

El Capítulo 7 está escrito por Diana Romero Guzmán, y tituló a su capítulo Genealogía de las epistemologías feministas decoloniales. En él se propone presentarnos cómo es que surgen los movimientos feministas a partir de los decoloniales. Al respecto, la emergencia de las teorías y movimientos decoloniales de los ubica en los 90´s con el punto álgido del neoliberalismo: expresión triunfante del colonialismo en el mundo. La decolonialidad pondrá en tela de juicio las formulaciones neoliberales, movimientos representativos fueron la campaña continental 500 años de resistencia indígena negra y popular y el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Diana Romero ve en el grupo colonialidad-modernidad a los intelectuales pioneros en las discusiones decoloniales en Latinoamérica, grupo influido por la obra de Aníbal Quijano. Al igual que en el capítulo anterior, se plantea que la modernidad, el capitalismo y la epistemología ¾con sus pretensiones de neutralidad, objetividad y universalización del conocimiento científico¾ son producto de la dominación colonial en América, fundada en la clasificación étnica racial y su explotación; por eso, hoy día, las ciencias sociales y las personas de a pie pueden pensar que la colonialidad es parte del pasado y que nada tiene que ver con el presente, sin embargo, la lectura decolonial nos presenta cómo la desigualdad actual, por mencionar algo, tiene su fundamento en la colonialidad. Menciona Diana Romero que los aportes feministas eran los grandes ausentes en la teoría decolonial, sin embargo, más adelante sería María Lugones quien iniciaría este camino, seguida de otras feministas y movimientos, por ejemplo: las feministas aimaras bolivianas, Rita Segato, Aura Cumes, Ochy Curiel, la red de feminismos decoloniales, el feminismo autónomo, el feminismo lésbico y el transfeminismo. Buscando con este listado mostrarnos que hablar de feminismos es hablar en plural, y que tienen una particular valía epistémica, que es permitirnos cuestionar las categorías que utilizamos para interpretar la realidad en lo que a la sexualidad y al género se refiere, dándole así reconocimiento a otros pensamientos y formas de producción de conocimiento. Además, recupera el activismo y con ello dos cosas: sacar al conocimiento de la academia y vincular el pensamiento y la práctica.

El Capítulo 8 está escrito por Luis Mauricio Rodríguez Salazar y se titula Epistemología mesoamericana: cartografía del mundo y el mundo del conocimiento en las diferentes geografías. En él, su autor menciona que una cartografía no es sólo una representación visual, sino una forma de expresar lo que interpretamos y cómo lo hacemos, es básicamente una estructura semántica; así entonces, el sujeto organiza el mundo organizando sus estructuras cognitivas. Lo anterior, parte de la idea de que el conocimiento de los sujetos depende de su relación directa con el mundo de la naturaleza, pues la impresión de la naturaleza trasciende en el ser humano y conforma su naturaleza humana, entre ello su conocimiento. Tesis que recupera el autor producto de su filiación piagetiana, particularmente de sus referencias en torno a la maduración psicológica de los infantes, la cual no es sólo competencia biológica sino experiencial y social.

Finalmente, el Capítulo 9 lo redacta nuevamente Luis Eduardo Primero, coordinador, al cual titula La nueva epistemología analógica: una propuesta de compendio, y en él, tiene como intención presentar, con base en la cartografía resultante del Curso-Taller, a una de las 7 epistemologías del Sur identificadas: la epistemología analógica. Al respecto, la refiere como una propuesta de compendio del mejor y actual pensamiento, para el caso, de la filosofía de la ciencia planteada por Thomas S. Kuhn y su tesis de las revoluciones científicas, de la cual recupera su crítica al positivismo lógico y la idea del cambio epistemológico; el aporte de H-G Gadamer y su hermenéutica filosófica, contenida en el libro Verdad y método, aporte de suma importancia pues de allí se desprenderá en 1993 la hermenéutica analógica de Mauricio Beuchot; de Gregory Bateson y su comprensión de la realidad como una unidad sagrada, en oposición a las fragmentaciones por parte de la ciencia moderna desde el positivismo; de las epistemología feministas que permitieron develar una antropología de la ciencia y un lenguaje patriarcal en el quehacer científico; y del poscolonialismo, del cual se desprende la epistemología de la decolonialidad de Quijano. Compendio epistemológico base de la epistemología analógica, la cual, a decir del autor le permite generar estudios y/o interpretaciones más completas de la realidad. Espero que con esta reseña el lector encuentre los suficientes motivos para leer esta interesante producción bibliográfica proveniente de los esfuerzos académicos y políticos del grupo de la epistemología analógica.

Notas

[2] https://spine.upnvirtual.edu.mx


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