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Significar bien el saber contemporáneo
Revista CoPaLa. Construyendo Paz Latinoamericana, vol. 7, núm. 16, Esp., pp. 21-29, 2022
Red Construyendo Paz Latinoamericana

Artículos

©Revista CoPaLa, Construyendo Paz Latinoamericana

Recepción: 05 Junio 2022

Aprobación: 05 Septiembre 2022

DOI: https://doi.org/10.35600/25008870.2022.16.0260

Resumen: Objetivo: Proponer una epistemología que genere una ciencia y una educación nuevas desde la frontera del conocimiento del Sur. Metodología: Análisis-síntesis teórica. Resultados: Desde el enfoque de una filosofía primigenia, se analiza el concepto de conocimiento y sus tipos, entre los que se encuentra el conocimiento científico. Después, se caracteriza el conocimiento actual, en el que hay una lucha contra la tendencia histórica del positivismo a partir de la propuesta de nuevas epistemologías situadas en la frontera cognitiva de la época y surgidas en el espacio cultural del Sur. Se reivindica el valor de la filosofía, denostada por el pensamiento positivista y neoliberal; una filosofía que promueva una mejor manera de significar la realidad, tanto por su sentido ético, como por la necesidad de tener una mejor conceptuación de la ciencia. Se propugna un concepto de educación más amplio que el meramente escolar, que excluye los conocimientos para la vida creando idologías, fetichizaciones y mistificaciones enceguecedoras que potencian los diversos males y dolencias de nuestra época. Conclusión: Superar la enajenación y sus males supone crear una renovada libertad y promover una mayor racionalidad, pues urge obtener beneficios ante los avances de la barbarie, tangibles en demasiados ámbitos del mundo actual.

Palabras clave: Conocimiento, Educación, Filosofía, Epistemología.

Abstract: Objective: Propose an epistemology that generates a new science and a new education from the frontiers of knowledge coming from the South. Methodology: Theoretical analysis-synthesis. Results: From an approach of primigenious philosophy, the concept of knowledge and its types are analyzed, included scientific knowledge. Then, the current knowledge is characterized as one that struggles against the positivism from new epistemologies located in the cognitive frontier emerged in the cultural space of the South. The value of the philosophy is vindicated, after being reviled by positivist and neoliberal thought; such philosophy promotes a better way of knowing the reality, both for its ethical sense and for the need to have a better conceptualization of science. A broader concept of education is advocated other than merely scholar, which excludes the knowledge for living creating ideologies, fetishizations and mystifications that increase the various ills and ailments of our time. Conclusion: Overcoming alienation and evil supposes creating a renewed freedom and promoting greater rationality, since it is urgent to obtain benefits against the advances of barbarism that affects many areas of today's world.

Keywords: Education, Epistemology, Knowledge, Philosophy.

Presentación

Este artículo tiene por meta ofrecer una síntesis de mi actual pensamiento, expuesta de manera clara y panorámica, impulsada por la filosofía primigenia, o de lo primigenio, que promuevo desde hace varios años: una recuperación de lo mínimo, lo básico, lo primero indispensable en la comprensión de la realidad.

Contextos imprescindibles

¿Qué es el conocimiento?

Es importante iniciar con la respuesta a esta pregunta, en tanto el conocimiento es central en la captación de lo existente y es, como todo en la realidad, una integración dinámica de partes, entre las cuales, ahora, es importante resaltar estas:

1. Su constitución como sustancia primigenia y/o primera, inicial. Desde esta afirmación convoco a la filosofía que me anima y motiva estas aseveraciones: la filosofía analógica de lo cotidiano (Primero Rivas, 2021). En su desarrollo reciente destaco la relevancia de recuperar lo primero, primigenio, básico o elemental, para pensar bien la realidad y evitar especulaciones innecesarias. Con ello busco potenciar una filosofía distinta a una sólo basada en ideas, interpretaciones infundadas, y quizá hasta fantasiosas.

2. Planteada esta motivación, la segunda parte (proporción y/o analogía) que ofrezco para definir el conocimiento, es su conformación como el registro de la acción de la persona sobre la realidad —sea exterior o interior—, y desde ahí, constituye un saber orientador de la actividad, pues conforma una creencia: un saber que la persona asume como cierto, válido, verdadero.

3. Como registro de lo realizado o de la captación de la realidad, se ubica en la experiencia, la parte de nuestro ser destinada a reconocer la actividad personal o la significación de la realidad considerada. Esta tesis convoca a la antropología filosófica que promuevo, desarrollada en diversas publicaciones (Primero Rivas, 2021, p. 72)

4. Por lo dicho en el punto previo, el conocimiento posee un carácter pragmático, de utilidad inmediata para el vivir, y puede sustanciarse por tipos y/o modos, entre los cuales destacan:

.

  • El cotidiano, común, vulgar, empírico, fáctico…

  • El sensible, incluso en su forma de conocimiento artístico y/o estético.

  • El mágico.

  • El religioso o fideísta, el basado y surgido de la fe, una creencia primordial en la captación de lo real, basada sólo en sí misma.

  • El científico.

  • El filosófico.

5. El conocimiento, por estar vinculado a la realidad, y particularmente a su movimiento, a su tiempo, tiene un devenir y en especial una formación, una génesis, que es determinante al conocer.

6. El conocimiento, por ser un producto humane[1] es, tanto social, como individual e histórico.

7. El saber, en su génesis individual, se conforma de acuerdo con la historia de la persona, su devenir en la vida, y está vinculado a los procesos por los que pasa, los cuales se articulan con su crecimiento psico-moral. Estos devenires son estudiados por las psicologías del desarrollo.

8. Dada esta circunstancia genética, el discernimiento se asocia con la maduración del agente cognitivo, quien, en la mejor de las situaciones, debe ser un adulte con una maduración completa, integral y dinámica.

9. La tesis anterior conduce a una primera precisión teórica: a diferencia de Mauricio Beuchot sostengo una distinción entre la gnoseología —o capacidad humane para conocer— y la epistemología, la manera del saber científico.

10. La gnoseología, como condición onto-antropológica, permite estar al tanto de lo real en general, vía una cualquiera de sus modos de ser (sugerí atrás, seis de sus formas), y, en cambio, la epistemología es un saber de una de las partes de la actividad humane: el hacer científico.

11. Esta tesis es relevante porque implica que primero conocemos lo real y luego lo particularizames como saber científico. Fácticamente, significa que nuestro conocimiento está asociado a una maduración personal, y simultáneamente lleva a esto: para saber bien de la realidad hay que poseer una maduración completa, íntegra y bien conformada, para que esta capacidad sea favorable a nuestro saber científico, el más sistemático para indagar algo particular.

12. De aceptarse esta tesis como válida o productiva, se podría realizar una precisión importante a la tesis expresada por Mauricio Beuchot, cuando plantea un “narcisismo epistemológico”[2]; sin embargo, a pesar de esta importancia, y para completarla, es oportuno sostener que el “narcisismo epistemológico” requiere de uno previo: el narcisismo gnoseológico, que también podríames llamar auto centrismo, y puede ser referido así:

-La infancia está natural o propiamente auto centrada, y termina gnoseológica y moralmente, cuando el infante se descentra siendo capaz de salir de sí misme para disponerse a dar con la realidad, más allá de su condición infantil y/o auto centrada, convirtiéndose en un adulte para actuar como tal.

-El trabajo científico se aprende prioritariamente en la vida adulta, en tanto requiere de un aprendizaje especial, surgido de la integración de la persona a los grupos de hacer la ciencia, los colectivos científicos, situación que nos lleva a una de las bases centrales de la nueva epistemología: la antropología de la ciencia.

-Según nuestra tesis, para que se dé un “narcisista epistemológico” -un científico a la vieja usanza- se requiere ser un narcisista simple o individual, y para examinar esta circunstancia, les invito a revisar el capítulo de Mauricio Beuchot “Reflexiones sobre la antropología filosófica y la psicoterapia”, del libro La nueva epistemología y la salud mental en México (Primero Rivas y Biagini Alarcón, 2017).

13. En tanto en este contexto surge el término “nueva epistemología”, es importante conocer su perfil básico para sostener tesis acerca de su aplicación a la práctica científica actual en México (Beuchot y Primero, 2022, pp. 9-22).

Hagamos un resumen necesario de las trece partes previas:

El conocimiento es la capacidad para dar con la realidad y puede conformarse de seis maneras, y para recordarlas repitámoslas:

.

  • El cotidiano, común, vulgar, empírico, fáctico…

  • El sensible, incluso en su forma de conocimiento artístico y/o estético.

  • El mágico.

  • El religioso o fideísta, basado y surgido de la fe, una creencia básica en la captación de lo real, asentada en sí misma.

  • El científico.

  • El filosófico.

Esta clasificación es tanto descriptiva como propositiva y su gradación expresa una posibilidad de logro cognitivo: poder avanzar de un nivel a otro para alcanzar tantos como sea posible o sean de nuestro interés.

Breve caracterización del conocimiento en la época actual

Es posible caracterizar a la época actual como propia del neoliberalismo, pues su desarrollo abarca casi media centuria, considerando su inicio al comienzo los años ochenta del siglo XX. De aceptarse esta aseveración, se puede caracterizar a su vez el conocimiento en la época actual, con la tendencia dominante del saber durante el capitalismo en el siglo XX: el “positivismo realmente existente” (Primero Rivas, 2022).

El positivismo realmente existente atiende la epistemología surgida de la filosofía de Auguste Comte a inicios del siglo XIX, que termina produciendo un modelo de hacer ciencia centrado en las llamadas ciencias naturales modernas, asociado al denominado método científico de investigación que, tácita y explícitamente, promueve que la científica es la mejor manera de conocer; entendiendo por ciencia el saber surgido del modelo de la ciencia natural moderna. Este modelo se realiza a través del método que le fue propio, que está centrado en la formalización matemática, destinado a la experimentación de los saberes (de preferencia en laboratorios construidos ad hoc), y enfocado en la comprobación de resultados, buscados a partir de “hipótesis” o prefiguraciones de lo que podría ser.

El conocimiento en la época actual tendencialmente aún está asociado al acabado de perfilar. No obstante, vemos la existencia de dinámicas históricas en curso que buscan su modificación desde diversas epistemologías, promotoras de nuevas maneras del conocer y caracterizables como los actuales conocimientos de frontera (Primero Rivas, 2022).

Quien se aleje de la epistemología tradicional y/o vieja epistemología, podrá acceder a nuevos derroteros cognitivos, que cuestionarán la importancia que el positivismo realmente existente atribuyó al saber científico. Así le será posible recuperar diversos modos de saber, ubicándolos en sus contextos pragmáticos, al tiempo que podrá situarlos en sus justas dimensiones e intenciones o propósitos. En contra de las tesis surgidas del positivismo citado, es viable sostener que el mayor conocimiento es el filosófico, pues con él podemes tener una conceptuación del mundo, la vida y la historia que nos permita orientarnos mejor en la realidad, e incluso tener una conceptuación de la ciencia más realista que la construida por el positivismo.

La relevancia de la filosofía

Esta relevancia comienza a reconocerse a partir del surgimiento de las nuevas epistemologías situadas en la mejor frontera cognitiva de la época: las surgidas en el espacio cultural del Sur. Siendo así, se identifica a la filosofía como el saber sistemático, organizado, formal y realista que organiza el conocimiento por géneros, siendo los centrales los ocupados en la comprensión del mundo, la vida y la historia, los tres grandes universos constitutivos de lo real, del conjunto de lo existente.

“Sin la filosofía es imposible llegar” como afirmó el joven Carlos Marx (1983, p.9; Primero Rivas, 2003, pp. 63-73), y de tenerse una intención cognitiva realista, la filosofía se vuelve indispensable para significar el mundo, la vida y la historia, pues con la interpretación de cada uno de estos universos, se logra establecer un sentido para cada uno de ellos —y para el conjunto de la realidad—, el cual podrá fundamentar la ética que guíe nuestros pasos, nuestro andar en el mundo, la vida y la historia.

Estas tesis plantean una filosofía distinta a la establecida por el positivismo y promueven una mejor manera de significar la realidad, tanto por el sentido ético planteado, como por la necesidad de tener una mejor conceptuación de la ciencia. La del positivismo, que ha sido impulsada exponencialmente con la ciencia comercial sembrada por el neoliberalismo, ha traído múltiples consecuencias negativas. Estas son fácilmente identificables en una pequeña lista como esta: el calentamiento global; la contaminación ambiental; la mala salud de les habitantes del planeta, presos de enfermedades endémicas como la obesidad, la mala alimentación, el estrés, la depresión y otras dolencias. Igual se puede registrar la mala educación ambiente que, entre otras consecuencias, produjo la identificación entre escolaridad y educación, con desastrosas consecuencias para la buena vida, como he argumentado en la publicación “La mala educación - Responder con una contribución para una filosofía de la educación multifactorial” (2020).

El saber dominante en el neoliberalismo planteó el valor cognitivo de su idea de ciencia, desdibujando otros saberes, en especial el filosófico. Sin embargo, hay una tendencia a un cambio que debemes seguir impulsando con una buena filosofía surgida desde el Sur, un espacio cultural, político e histórico emergente caracterizado por una gran riqueza senso-simbólica y referencial, que conforma la mejor frontera de nuestro mundo actual. Esto es lo que argumenté en mi trabajo “Pensar en el conocimiento de frontera y las nuevas formas de significar” (Primero Rivas, 2020a, pp. 57-92).

La importancia de una buena educación

Es imposible presentar bien el estado educativo de la época actual en un breve espacio como este; no obstante, es posible, al menos, bosquejarlo. Líneas atrás referí al neoliberalismo como la característica del tiempo presente, resaltando que era una manera de expresarse del capitalismo financiero o imperialista, la manera más avanzada de la acumulación de la riqueza privada o la etapa superior del capitalismo. Recuerdo este devenir porque sirve para explicar la época post-feudal o moderna europea, la que crea a la clase social que le fue propia (la burguesía), que simultáneamente fundará el capitalismo, fortalecido por las grandes riquezas extraídas de la conquista y devastación de América, en especial la del sur, el subcontinente hoy llamado Latinoamérica.

Los burgueses crean la modernidad y, consolidados en el siglo XIX, impulsan los sistemas nacionales de educación establecidos primero en Europa y luego asumidos en la mayoría de los países del mundo, precisamente por el desarrollo del imperialismo. Los sistemas educativos latinoamericanos se conforman como copias de los europeos, en los cuales se establecía el positivismo. De ahí que esta filosofía impregne nuestros sistemas de formación escolar, sembrando las semillas de los múltiples problemas del capitalismo, recrudecidos, como resaltamos, con el neoliberalismo. Quizá sea oportuno recordar que, en México, quien funda la Escuela Nacional Preparatoria a finales del siglo XIX, fue el médico Gabino Barreda (Gabino Eleuterio Juan Nepomuceno Barreda Flores. Puebla, 1818 – Ciudad de México, 1881), quien había estudiado en su estancia europea la filosofía de Augusto Comte, siendo su vehemente admirador.

La cuestión es que durante el siglo XX los sistemas nacionales de educación de nuestros países crean la similitud entre educación y escolaridad, fundando un engaño. Este se organiza por el distanciamiento entre el conocimiento escolar y el saber útil para el buen vivir. De esta manera, la mala educación comenzó a establecerse en nuestras naciones, creando idologías, fetichizaciones y mistificaciones enceguecedoras que potencian los diversos males y dolencias de los que hemos hablado. Estos deberían quedar atrás y sustituirse por una buena educación, una adecuada formación para el buen vivir.

El fomento de la buena educación supone crear una apropiada filosofía, capaz de dilucidar realidades como las indicadas, de aquí que sea bueno precisar qué son los conceptos que recién hemos mencionado.

La idología

Este término refiere al conjunto de ideas —incluso senso-simbolizaciones— equivocadas, distorsionadas, que tenemos sobre lo captado de la realidad y lo ofrezco promoviendo un concepto más adecuado que el de ideología. Ésta es el conjunto general de ideas poseídas por una persona y/o colectividad, en el que pueden coexistir símbolos —senso-simbolizaciones— que capten realistamente lo percibido, así como construcciones falsas, equivocadas e incluso perniciosas, alejadas de una apropiación sensata de lo captado.

Esta propuesta la construyo desde las reflexiones de Mauricio Beuchot sobre el “ícono y el ídolo”, con especial referencia a su libro Las caras del símbolo – el ícono y el ídolo (Beuchot, 2013), donde hace un análisis detallado de dichos conceptos y sus contextos.

De esta publicación recupero que (p. 22): “El ícono es el signo análogo por excelencia, la analogía misma” (de ahí su importancia) […] El ícono es precisamente un tipo de signo que se basa en alguna semejanza con lo significado”, lo exterior, lo captado.

Y por definirse el ícono partiendo de la semejanza, Beuchot escribe: “La semejanza es múltiple, y se fundamenta en alguna propiedad […] Hay dos tipos de propiedades: cualitativas y relacionales”.

Y continúa:

las relaciones vistas como propiedades abren mucho la gama de formas del ícono. Esto es, un ícono que se basa en una cualidad es un signo que significa un objeto por virtud de una cualidad que comparte con ella […] según se dijo, la semejanza, además de estar basada en cualidades, puede estarlo en relaciones: representar no tanto las cualidades que se dan en ciertas cosas, sino [expresar] las relaciones que se dan entre ellas y entre sus partes (Beuchot, 2013, p. 22).

Más adelante asevera:

El ícono es eminentemente relacionador, es factor de relación, de relatividad. Nos hace ver que en la interpretación ―en el conocimiento mismo― siempre hay relatividad, cierto relativismo. Sin embargo, no nos hunde en el relativismo sin más, sino que tiende hacia la precisión que resulte alcanzable, que ayuda a poner límites a esa situación de relatividad. Da un relativismo limitado, que deja margen para algunos elementos y principios absolutos, fijos, sin los cuales la semejanza y la diferencia se evaporan, se licúan. Donde se esfuma la semejanza también lo hace la diferencia, sólo quedaría una masa amorfa, a la que conduce indefectiblemente el relativismo a ultranza (Beuchot, 2013, p. 24).

De estas afirmaciones y desde otros muchos textos y contextos de la obra de Beuchot se puede concluir, en palabras sencillas y directas, que el ícono significa una captación realista, adecuada, apropiada, de lo conocido —e intrínsecamente buena, productiva—, y que tiene su antónimo: el ídolo. Del mismo libro, podemos agregar:

El ídolo es la perversión del ícono; se da cuando caemos en la adoración orgullosa de nuestras propias obras, sean materiales o conceptuales, como las imágenes o conceptos” […] “el ídolo es la imagen mala, nacida de la hybris, soberbia o narcisismo del hombre” (sic). (Beuchot, 2013, p. 63)

Con referencia a estos textos es que pensamos el término sugerido —idología— para asociarlo a otro nombrado líneas atrás: «fetichizaciones», coligado a fetiches. Trabajé este tema en el pensamiento de Carlos Marx (Primero Rivas, 2003a) para sacar una conclusión adecuada al actual contexto: el fetichismo es la dinámica cognitiva productora de ídolos y consecuentemente generadora del trastocamiento en el pensar, lo que la convierte en una fuerza productora del mal pensar, del conceptuar equivocado.

De igual manera referí la palabra “mistificación”, y a pesar de que es clara, se puede situar incluso en las precisiones que ofrece el Diccionario de la Lengua Española donde leemos: “mistificación” acción y efecto de «mistificar Tb. mixtificar. Del fr. mystifier; la forma mixtificar… 1. tr. Engañar, embaucar. 2. tr. Falsear, falsificar, deformar»”

Recordar la filosofía de lo primigenio

Para resumir, resaltando que la filosofía de lo primigenio busca las palabras sencillas, favorables a buenas comprensiones, puedo aseverar que la mistificación se asocia a términos como fetichismo e idología, las cuales pueden articularse con la distorsión del buen conocer y del adecuado pensar. Esto permite caracterizar a este universo simbólico como inadecuado, e incluso peligroso, tanto para el conocer como para el buen vivir.

Es perceptible que los sistemas nacionales de educación de nuestros países, al quedarse tendencialmente sólo en la enseñanza del conocimiento escolar, dejando de lado el científico y mucho más la formación para hacer la ciencia —por haberse quedado atrapados en las viejas epistemologías, surgidas del positivismo realmente existente—, producen un conocimiento mistificado, inútil para el buen vivir y es deseable promover en ellos las nuevas maneras del conocer, junto con los saberes de frontera, tal como se hace en las políticas científicas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología —CONACyT— del primer gobierno de la Cuarta Transformación mexicana, promovidas por su directora: María Elena Álvarez-Buylla Roces (El cambio, 2021).

Ahondar en la promoción del buen saber por establecerse en los sistemas nacionales de educación de nuestros países, es convocar las posibilidades de las tesis de la propuesta educativa que planteé hace más de treinta años —la pedagogía de lo cotidiano— (Romero Guzmán y Cedillo Bedolla, 2020) y considerando los diversos libros publicados de ella y sobre ella, es mejor avanzar a otro apartado de este ensayo.

Mistificación y enajenación en la modernidad

Al inicio de estas reflexiones aludí al tema de la antropología filosófica. Ahora es importante retomarlo, en tanto que la precisión sobre lo que nos conforma como seres humanes es primigenia y de suyo central en la comprensión de una buena filosofía. El diagrama del ser humane que he propuesto contribuye a dilucidar nuestro ser y en él es posible distinguir algunas partes, en particular la interioridad humana, esto es, la porción de nuestro ser que nos permite captar, significar y decidir sobre lo exterior. En términos de la vieja epistemología: la subjetividad que percibe, significa y toma posición sobre la objetividad.

La exposición de este ensayo comenzó con las referencias al conocimiento y derivó hacia la idología, la fetichización y la mistificación, pues son centrales en el conocer, un saber que puede situarse entre dos polos: constituir un interpretar adecuado, realista y productivo —icónico— o ser uno distorsionante, equivocado e incluso peligroso para el buen vivir (idólico). Aquí entendemos la buena vida, como lo importante, lo que le sirve al vivir, y en específico, al vivir humano, pues es favorable para su estar, ser, conservarse y, en la mejor de las situaciones, enriquecerse (incluso en los diversos sentidos del patrimonio).

Resaltar la historia del saber en la modernidad

Las referencias antedichas en este mismo ensayo permiten retomar el tema fácilmente: el modelo de conocer triunfante en la época post-feudal termina siendo el surgido de la ciencia natural moderna. Desde él se excluye la centralidad del ser humano en el hacer, el conocer y decidir, pues dicho modelo tiende a valorar más lo exterior y económico, que al agente productor de la exterioridad del mundo y de la riqueza material extraída de la naturaleza por el trabajo.

La modernidad se forma con la acción de la burguesía para crear el mundo que le será propio, construido a partir del esfuerzo para transformar la naturaleza poniéndola a su servicio. Este proceso, a lo largo de los siglos, dará como resultado que les seres humanes (tanto los dueños del capital, como sus productores directos y los habitantes de su periferia), queden atrapades en lo que construyeron, enajenándose.

En lo argumentado previamente atendemos al desarrollo del capitalismo como resultado moderno de la historia de la propiedad privada, y esto nos puede conducir a recordar que esta historia es antigua y surge de una de las fuerzas constituyentes de nuestra humanidad, el impulso de poseer, de decir “esto es mío”. Esto puede leerse en un texto de Beuchot (2015, p. 37) y también en mi ensayo “La filosofía analógica de lo cotidiano” (Primero Rivas, 2021, p. 17).

La pulsión del tener individual establece el origen histórico de la propiedad privada, e incluso puede asociarse al correlativo dominio de los varones sobre las mujeres, la infancia y otros sometidos al poder de los hegemónicos. Este sometimiento es la base material de la enajenación, el encadenamiento del ser humane al poder de la exterioridad y sus materialidades, condición de atrapamiento que le hace perder o limitar su libertad, entendida como la capacidad de producir, y sucesivamente de decidir.

En la modernidad se incrementa la enajenación, dado el crecimiento del capital y su desarrollo a formas superiores de existencia. Y este devenir potencia la idologización, la fetichización y las distorsiones del saber, con las consecuencias resaltadas, que, de acuerdo con las tesis expuestas, deberían remediarse con una buena educación, la cual sin duda tendrá que cuestionar el poder tradicional vinculado al patriarcado.

El diseño de una adecuada formación para la buena vida es una tarea en marcha y una labor conjunta de quienes deseen sumarse a este proyecto histórico, surgido de una lucha de humanidades (Primero Rivas, 2011, 2021). En tanto buscar superar la enajenación (y sus males) supone crear una renovada libertad, dejar atrás la barbarie y promover una mayor racionalidad, todos los proyectos en curso conseguirán logros entre más nos sumemos a construirlos, pues urge obtener beneficios ante los avances de la barbarie, tangibles en demasiados ámbitos del mundo actual.

Seguir trabajando para construir la transformación necesaria

Los sistemas nacionales de educación crean la formación dominante en la época actual, potenciando el predominio del saber escolar sobre el profesional y el científico. Por esto se quedan rezagados frente al avance del mundo, situándose lejos de la mejor frontera cognitiva. Esto nos permite entender cómo, en la mayoría de los programas de estudio que promueven, están ausentes reflexiones sobre la antropología filosófica, en especial acerca de el Mal, la barbarie y aspectos cognitivos como los resaltados: la idología, la fetichización y la mistificación.

El conocimiento dominante en la modernidad produjo una racionalidad reducida. En las nuevas búsquedas formativas, será indispensable promover una racionalidad mejor y más completa, generadora de los procesos civilizatorios, pues de lo contrario El Mal seguirá avanzando, concretando procesos de barbarie cada vez más destructivos, incluso de la belleza en el ser, el pensar y el actuar, borrando rasgos distintivos de lo mejor del ser humane, las analogías de su más excelsa constitución.

De todas maneras hay posibilidades de acción y desde el Sur impulsames una lucha de humanidades que da frutos al crear buenas filosofías, capaces de asumir los mejores logros de la cultura occidental y reconocer las culturas del Sur, aprovechándolas tanto como se pueda, impulsando en especial un postcolonialismo analógico, que cada vez da mayores frutos por su potencia cognitiva.

Como el camino es largo y arduo, hay que seguir construyéndolo, con los aportes que cada quien desee ofrecer. No obstante, las contribuciones individuales estarán asociadas a nuestras creencias y, por tanto, al tipo de conocimiento con el que nos identifiquemes; sintéticamente: el idólico o el icónico. Para llegar a un buen pensar será indispensable haber realizado una hermenéutica del sí, tal como lo planteo en el Anexo 1 del libro La educación de la ética en México (2021) que también nos conducirá a una limpieza cognitiva, e incluso epistemológica, y hasta la posibilidad del diseño de una buena vida, como un ejercicio de la aplicación de la ética de lo cotidiano que ofrezco en este libro.

Referencias

Beuchot, M. (2013). Las caras del símbolo: el ícono y el ídolo. Puebla, México: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; Ediciones del Lirio.

Beuchot, M. y Primero Rivas, L. E. (2022). Perfil de la nueva epistemología. 2ª ed. México: Publicar al Sur. Disponible en: https://publicaralsur.com/download/5342/

El cambio epistemológico en tres funcionarios del Gobierno Federal (2021)[video]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=Yrt3V2hFLUw&t=2195s

Marx, K. (1983). Carta a su padre, 10 de noviembre de 1837. En Escritos de juventud. México: Fondo de Cultura Económica.

Primero Rivas, L. E. (2003) Contribución a la crítica de la razón ética 1 – El pensamiento ético en el joven Marx, México: Primero Editores. Disponible en: https://spine.upnvirtual.edu.mx/wp-content/uploads/2022/04/Contribucion-a-la-critica-de-la-razon-etica-II..pdf

Primero Rivas, L. E. (2003a). La importancia hermenéutica del concepto de fetichismo en Marx, Analogía Filosófica 17(2), 147-154.

Primero Rivas, L. E. (2011). Lucha de humanidades o de la ética analógica de Mauricio Beuchot. México: Torres Asociados; RIHE. Disponible en: https://spine.upnvirtual.edu.mx/wp-content/uploads/2022/04/Lucha-de-humanidades-o-de-la-etica-analogica-de-Mauricio-Beuchot.pdf

Primero Rivas, L. E. (2020) La mala educación: responder con una contribución para una filosofía de la educación multifactorial. Kuaapy Ayvu, 8(8). Disponible en: https://www.inaes.edu.py/index.php/download_file/view/1721/470

Primero Rivas, L. E. (2020a). Las malas palabras de la pedagogía de lo cotidiano. México: Publicar al Sur. Disponible en: https://publicaralsur.com/download/2651/

Primero Rivas, L. E., coord. (2021). La educación de la ética en México. México: Publicar al Sur. Disponible en: https://publicaralsur.com/download/3219/

Primero Rivas, L. E. (2021). La filosofía analógica de lo cotidiano, Analogía Filosófica, 35(2), 3-25. Disponible en: https://spine.upnvirtual.edu.mx/?smd_process_download=1&download_id=621

Primero Rivas, L. E. y Beuchot, M. (2015). La filosofía de la educación en clave postcolonial. Neuquén, Argentina: Editorial Círculo Hermenéutico. Disponible en: https://spine.upnvirtual.edu.mx/wp-content/uploads/2022/04/Filosofia-de-la-educacion-en-clave-potcolonial.pdf

Primero Rivas, L. E. y Biagini Alarcón, M., coords. (2017). La nueva epistemología y la salud mental en México. México: Universidad Pedagógica Nacional. Disponible en: https://spine.upnvirtual.edu.mx/?smd_process_download=1&download_id=437

Romero Guzmán, D. y Cedillo Bedolla, U. (2020). 30 años de la pedagogía de lo cotidiano. México: Publicar al Sur. Disponible en: https://publicaralsur.com/download/2725/

Notas

[1] Esta nota de pie de página indica que acabo de utilizar el término “humane”, el cual, de ser escrito de manera tradicional, debería decir “humano”. Quienes atienden mis publicaciones identifican inmediatamente la realización de la campaña de la “e” que impulso desde hace años, puesta al día con detalle recientemente (Primero Rivas, 2020). En lo sucesivo aparecerán distintas palabras que pueden interpretarse desde este contexto, actualmente mucho más validado por la reemergencia del feminismo insurgente ahora tan activo.
[2] Esta expresión fue mencionada en una conferencia ofrecida en el Seminario Permanente de Investigación sobre la Nueva Epistemología, en septiembre del año 2019, de la que carecemos de una videograbación. Sin embargo, en las referencias sobre la obra de Beuchot presentadas en la bibliografía, hay suficiente contexto para ubicar bien esta idea suya; como, por ejemplo, las tomadas del libro Las caras del símbolo.


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